lunes, 16 de mayo de 2011

A propósito de tu madre, el partido y la violencia.



He de suponer que todo comenzó con un 'Tu madre hijueputa!'

En un partido de fútbol, el estadio es un escenario, y los jugadores los actores sobre los que se fija la atención, son ellos el espectáculo. Cuando varios grupos de inconformes se baten a palos, puños y puñales entonces el espectáculo deja la gramilla y sube a los graderíos. Los medios de comunicación hacen lo propio: giran la cámara y filman todo aquello que pueda generar morbo: sangre, puños, insultos, etc.

No es que la violencia se generara de forma espontánea dentro de los individuos, a ellos no se les metió el chamuco sólo por que sí; todo ésto es producto del desarrollo histórico del tejido socio-cultural. No digo ésto pensando únicamente en la trama histórica a nivel macro, pero también dentro del desarrollo histórico individual. (Tratando de verlo, con esfuerzo como un conjunto de árboles y no un bosque)

Desde niño recuerdo cómo en la educación primaria se nos educaba para creer de forma total en la objetividad y profesionalismo de los medios de comunicación. Resulta que lo que usualmente toman en cuenta los medios son los hechos de mayor coyuntura, y se dedican a describir (a veces de forma demasiado gráfica) los acontecimientos, a informar sobre lo que sucede, pero es exageradamente raro cuando de todo esto surge una investigación sin sesgos o un análisis que abarque elementos histórico-sociales.

¿Pero que función cumplen entonces estos dioses informativos? Reproducción del sistema. Si desde pequeños hemos visto como los medios proyectan la violencia social, física, emocional y económica como componentes naturales y totalmente normales dentro de nuestra propia sociedad, no creo que muchos vayan a ver en éstos actos como anormalidades dentro del tejido social, más bien se enfocarían en contar las puñetadas y golpes de los involucrados y el clásico '¿Quien comenzó pues?'.

Una reforma educativa (que es la propuesta) no va a venir del estado, dejemos ésto en claro. No veo por qué la preocupación principal en la resolución de las diversas problemáticas deba venir siempre del estado, cuando es más que evidente su total apatía para con la sociedad, cuestión que se ha visto como totalmente natural por la sociedad debido al enfoque informativo y no investigativo y crítico de la élite informativa. La propuesta va dirigida a la intervención directa de individuos capaces de hacer que la palabra 'respeto' tenga una perspectiva más compartida que egoísta dentro del sistema educativo, y que el pensum mismo gire en torno a un respeto racional: libre de cualquier tipo de sesgo tradicionalista. Y ésto no va dirigido unicamente al sistema educativo formal (escuelas, institutos, colegios, internados) sino que va a la organización educativa original: la familia. El respeto no es un derecho que debemos acaparar para nosotros únicamente, es la capacidad racional del respeto mutuo de las diversas libertades y sus expresiones. Éste es uno de los elementos que pueden ser transformados y propulsores de la modificación del posicionamiento de la violencia en el imaginario social: que deje de ser algo normal e inherente al modus vivendi de los individuos, la violencia es una condición a ser tratada y enmendada en todos sus aspectos.



-(No me hagan caso, se me metió el chamuco)

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